Las malas prácticas del DEUTSCHE
Bank, como todas las malas prácticas del sistema financiero, han estado
siempre en el epicentro y origen de la crisis actual. El DEUTSCHE
Bank es uno de los bancos más apalancados del mundo y es también uno de
los que acumula más activos tóxicos y derivados financieros. Su alto
nivel de deuda puede dar el tiro de gracia a un esquema que se cae a
pedazos desde la quiebra de Lehman. Si poco o nada se ha dicho de las
malas prácticas de este banco, ha sido por la manipulación mediática que
instaló a GRECIA como la madre de los problemas. También en la crisis griega tuvo mucho que ver DEUTSCHE Bank.
Los balances de los bancos alemanes son el más claro ejemplo del alto
riesgo que estos bancos asumieron y que hoy, cuando el tsunami comienza a
llegar a sus costas, pueden implicar un abierto recrudecimiento de la
crisis financiera. Si bien este es un fenómeno no deseado, comienza a
cobrar fuerza producto de la debilidad que adquiere la economía mundial
con datos que dan clara cuenta de una ralentización en China, Estados
Unidos, Europa y los países emergentes. Y esto no sirve a un sistema
financiero que debe estar siempre alentando burbujas y manteniendo a la
economía en movimiento. Si el sistema se detiene, que es hacia donde
vamos, provoca el colapso de la dinámica financiera por el estrellón
contra el muro de los impagos (ver la magia destructiva del interés
compuesto).
Los bancos alemanes son los más apalancados del mundo producto de esa
enorme confianza que les dio el estar entre los más grandes del mundo.
Pero ahora toda esa confianza se vuelca como un búmerang dado el
florecimiento de los múltiples riesgos ocultos que la banca alemana
mantenía bajo la alfombra por considerarlos “fuera de peligro”. Sin
embargo, ahora que el área de peligro comienza a llegar al núcleo
europeo, el temor sobre el futuro de la banca alemana genera nuevos
miedos. Esto obligará al Banco Central Europeo a mantener por más tiempo
el tipo de interés en sus mínimos históricos para ayudar que el DEUTSCHE
Bank se recapitalice. También, ha decidido dar nueva vida a los
derivados financieros sin importar esta vez la calidad que tengan. Algo
insólito.
Las malas prácticas del DEUTSCHE Bank
Tal como hizo Goldman Sachs con GRECIA, el DEUTSCHE Bank mantuvo préstamos a BRASIL e Italia fuera de los libros. Entre 2008 y 2011, DEUTSCHE Bank hizo préstamos al banco italiano Monte dei Paschi di Siena y al brasileño Banco do BRASIL por un total
de 2.700 millones de euros. Sin embargo, no incluyó ninguna de estas
operaciones en los informes financieros enviados a los inversionistas. Y
aunque parezca extraño viniendo de Alemania, esta práctica del DEUTSCHE Bank era bastante habitual. Préstamos similares realizó a dexia Bank (el quebrado banco franco-belga), al Hellenic Postbank de GRECIA
y al banco de Qatar Al Khaliji, entre otros. Todos estos préstamos
forman hoy parte de los casi 350 mil millones de euros que el DEUTSCHE Bank mantiene en pasivos y con serio riesgo de pérdida.
Y esto no es todo. La práctica contable de enmascarar los niveles de riesgo de la banca llevaron al DEUTSCHE
Bank a los excesos de mantener más de 50 billones de euros en derivados
financieros, suma equivalente al 75 por ciento del producto mundial y a
casi 20 veces el PIB de Alemania. Como he señalado en otros post, en el
mundo hay más de 700 billones de dólares en derivados financieros (casi
10 veces el PIB mundial) y gran parte de estos derivados responden a la
denominación de activos tóxicos. Activos incendiarios que son
recuperados con el dinero de los contribuyentes y que generan jugosas
ganancias a los que siguen jugando a las sillas musicales. Estos son los
excesos del sistema financiero que hoy pasan factura a todo el mundo
con una economía estancada y agónica que presencia desde la primera fila
el desplome de toda una falsa manera de progreso económico.
Por eso que los bancos europeos deben ahora reducir drásticamente sus
balances para mitigar el impacto de un nuevo estallido de la crisis,
algo que Europa no puede permitirse dado que infligiria una herida
mortal. El sector bancario europeo es considerado el mayor del mundo y
en términos relativos representa casi cuatro veces el tamaño de la
economía europea. A modo comparativo la banca de Japón, Canadá y
Australia representa el doble del tamaño de sus economías, mientras en
Estados Unidos la proporción es de 1:1.
Una crisis bancaria en Europa tendría magnitudes desastrosas y los
bancos deben reducir sus balances a 2,4 billones de euros para situarse
en un nivel sostenible. Esta tarea puede tomar tres años y ayuda a
comprender por qué la troika dilata para más adelante las tareas de
abordar la crisis europea. Mientras la banca siga con este cancer
terminal no hay manera de reanimar al paciente y se debe extirpar los
tumores malignos. El problema es que este proceso ha resultado más largo
de lo pensado y el desempleo y el estancamiento económico están en
niveles de asfixia.
Como consecuencia de la desaceleración económica mundial los bancos
centrales han debido dar rienda suelta a los derivados financieros. La
semana pasada el BCE decidió aceptar valores respaldados por activos
como garantías de nuevos préstamos. Y esta vez, a diferencia de los años
previos a la caída de Lehman Brothers, no se exige a estos activos una
“Triple A”, sino que se están aceptando valores con baja calidad. Todo
esto nos muestra que la fragilidad del sistema financiero es muy alta
dado que la cadena de créditos se puede romper en cualquier punto.
Esta relajación del sistema resulta insólita dado que acrecienta el
riesgo sistémico. Los bancos europeos tienen un nivel de 220 billones de
dólares en derivados financieros (CDO y CDS), y el estallido de esta
burbuja nos acerca al momento Minsky o el colapso total
del sistema. Como hemos visto en otros post, los derivados son un
sistema de apuestas similar a un casino en el cual se hipoteca el
futuro. Sea con bonos del gobiernos, préstamos o hipotecas, se apuesta
por la caída o el aumento de los precios afectado la rentabilidad de los
bonos de deuda soberana y propiciando la volatilidad en la prima de
riesgo. Esto indica que la economía ha vuelto a la época pre-Lehman, con
la salvedad de que esta vez no habrá ningún tipo de rescate y el
sistema rendirá un nuevo homenaje al Titanic.
Elblogsalmon.com
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